domingo, 7 de diciembre de 2008

"La Herencia de Huacho"

La Herencia de Huacho

Cuando la masa es menos densa es mas fácil de manipular, este es un principio anti físico.

Habíamos acordado iniciar las actividades a las ocho de la mañana, pero solo estaban invitados los que quería ir por voluntad propia y libre de presiones de ningún tipo, la propuesta fue “...si quieres ir vas, a

 la primera duda, quedas descalificado...” y así fue, así que las primeras instrucciones fueron llegar al terminal del Huaralino, ra!, ra!, ra!. Mas fácil?, la tabla del uno.

Y así fue, nadie lo creería, a las nueve y media todo el batallón, cuadrado como un solo hombre en el terminal, pero ya se sentían en el aire, los primeros cambios de humor, porque se pensaba que habría mucha gente, cosa que no hubo, en todo caso si hubo, llegaron a las nueve y treinta y uno, porqué el “colón” estaba detrás de nosotros, ahora venia la primera decisión; que tal si nos hacemos llegar hasta la salida del Serpentín de Pasamayo y nos vamos a tomar desayuno en nuestra tradicional parada obligatoria del grifo “El Pino”, para comer un rico pan con chicharrón con su cafecito calientito y sabroso?. Desde el fondo del pasillo, se escucho el primer:

NO, porque no hay movilidad para ir del serpentín al grifo.

Caminamos.

Esta lejos.

Despacito, si nadie nos espera en ningún lado. Solamente “Tato”, quien felizmente contesto la llamada de Chilin, para decirle que nos esperara, porque llegaríamos allá. Para los que quieren saber quien es Tato, le preguntan a Chilin, creo que ella lo conoce.

Llegamos al serpentín y mil taxis nos querían llevar al grifo.

Hicimos averiguaciones para un próximo evento a realizarse en Eco Truly, no se para que, pero creo que es uno de esos lugares donde va la gente que quiere ver como viven los fenómenos Krsna, (sin luz, sin agua, sin vhs, DVD, celular, horno microondas, plasma o lcd, sin Internet y las demás cosas simples de la vida). Así la cosas es que ya sabemos como llegar.

Siguiente estación, grifo “El Pino”, una de las ventajas de no tener carro es no tener que preocuparse por buscar estacionamiento en ningún lugar, ventaja numero uno.

Estuvimos al desayuno, muy bien predispuestos, claro que sabiendo lo que vas a pedir que te sirvan, cosas son muy fáciles de manejar, pero esta vez se demoraron un poco en servir los chicharroncitos que al final para que nos atendieran, primero pedimos la cuenta, y cuando preguntaron que se han servido y les dijimos que nada, allí cayeron en la cuenta de que no nos había atendido nadie, así que ya sabes, cuando no te atiendan rápido, te levantas y pides la cuenta, porque la cobranza se tiene que hacer sin demora.

Al final de desayuno ya eran las doce del día, ahora si que empieza la tribulación, porque en el grifo no iba a parar ninguna movilidad para ningún sitio, y había que ir al paradero, los que ya hemos pasado por este grifo, sabemos que de allí no vas a ningún sitio si no estas en carro. Pero zas!, apareció un taxi que nos llevo al paradero de buses, allí comenzaron a llegar los buses, uff, todos llenos, nosotros éramos tres y conseguir espacio para los tres parecía una misión complicada, no difícil solo complicada, en eso pasa un bus, que se parecía mucho alas recordadas gallinas de Luchi, solo que de color azulito, ¡San Martín de Porres!

A Huacho, a Huacho.

A Huacho?

Si, sube.

Tres asientos.

No, solo hay dos.

Piensa, piensa, piensa.

Ya, suban los dos y en Huacho nos encontramos.

Allí se fueron Luchi y Chilin.

La cosa era embarcar a los mas desvalidos o sea Chilin, la mas desvalida porque si no iba a tener que aguantar a Luchi diciendo que el sabia que no habría carro, que hay mucha gente, que todos están yendo a provincias, que los limeños se van a provincia, o sea ya o que los provincianos se van a su monte, la cosa era desanimar a todos, esa era la consigna, porque el animo de algunos es para desanimar hasta a Papa Noel en la noche del 24

Así que había que embarcarlos de la mejor manera posible con destino a Huacho a la mayor cantidad posible de gente.

Pena por los desesperanzados, porque los que nos sacrificamos para ir solos y sin compañía o sea yo, porque el carro que venia atrás era un bus cama vacío, con aire acondicionado y terramoza para soplarte el ojo al pasajero, en caso de necesidad, pero sacrificio es sacrificio.

Llegamos a Huacho, con 5 minutos de diferencia, pero felices. Allí estaba Huacho, esperándonos con los brazos abiertos.

Se abre la sesión: ¿A que hotel vamos?

Parece que Luchi estaba alerta a la respuesta, listo para decir que quería ir al otro.

Pero decidimos por el Santa Maria.

¡Taxiiiii!

Al hotel Santa Maria, mi imaginación o nuestra imaginación volaba y venían a la mente los recuerdos de otros paseos en el mismo hotel, la piscinita, disponible desde las siete de la mañana, solita para la Chilin, ya se veía ella, nadando como sílfide que se desplaza de océano a océano, toda la piscina para ella solita, sin nadie que le interrumpa sus largos viajes imaginarios, y en la mañana siguiente, después de un reparador descanso, un delicioso desayuno americano, con juguito, café y pan con mantequilla de bolitas, de pronto.

DISCULPE, NO TENEMOS HABITACIONES.

Hay golpes en la vida, tan fuertes....

Pero no importa, si no hay aquí, vamos a la Villa, el hotel de don Fernando, allí si hay un jacuzzi bacán, para que te masajee todo el rato que quieras, tranquilo, pensando en la inmortalidad del mosquito, desconectado el cerebro del mundanal ruido, pensando en como hemos podido vivir sin jacuzzi, un paseíto por aquí, un paseíto por allá, que paz, que tranquilidad cuando de repente.

DISCULPE, NO TENEMOS HABITACIONES.

Habíamos reservado realidades alternas, en la eventualidad de que no haya habitaciones en los hoteles, pero la siguiente alternativa fue, “Hotel El Condado” o el “Candado”?

Finalmente lo conocimos, es un hotel muy diferente a los otros, tiene todo lo que tienen los otros hoteles, solo que este no nos engríe, como le gusta a la gente, el hotel tiene habitaciones amplias, es limpio, amplio, con una elegancia ecléctica, no se si es como un condominio que quiere tener lo mejor de todo, pero sin estilo en resumen solo un hotel, del que no pudimos recoger su espíritu.

Al fin una vez establecidos, llego la hora de proponer otra idea en el derrotero, que tal si nos vamos a Barranca?

A Barraaaanca?

Si a Barranca, Luchi quería ir directo donde Cesar, donde Kyoshi y Chilin quería ir donde Tato, quería comprar, alfajores de miel negra, empanaditas, tofy blando , lo que sea. Esta gente cuando le mencionas un lugar, no piensa en el lugar, piensa en lo que se come allí.

Llegamos a Barranca, Antes de llegar a Barranca, un buen rato antes de llegar, ya Luchi estaba listo para bajarse del bus, quería bajarse para llegar primero, o sea antes que el chofer, porque estaba ansioso por bajar del bus y pisar Barranca, Nunca sabremos lo que piensa al pasar por esos lugares, por donde ha pasado tantas veces, y allí esta, porque todos esos lugares son su territorio, son sus pasos, es su barrio, todo eso era zona amigable para el, sabia que había o no había en tal o cual esquina, donde se paraba el guardia y a que hora, el inspector, que solo inspeccionaba como recoger su comisión para supervisarlo que dejaba de ver.

Pero allí estaba Barranca.

Y ahora?, donde queda qué?

La playa, la plaza de armas, el malecón.

Luchi no quiere caminar, pero le pregunto mil veces, te hace daño caminar?.

No.

Entonces camina.

Largas caminatas, supongo que debe ser lejos, sí, es lejos, pero es agradable caminar en su compañía, cuando es positivo, cuando es negativo se va a hablar con Chilin.

Llegamos ahora al final del camino y el inicio del malecón, Creo que encontramos al heredero del Hotel Santa Maria, un hotelito bonito, limpio, agradable, buena vista, cerca de la Playa y de fácil acceso.

Pero no habíamos ido a buscar hotel, hemos venido a buscar a Tato, me parecía que quedaba allí, alguna vez leí que quedaba en Barranca y otras veces escuche hablar del mejor restaurante de Barranca, así que como una serie de asociaciones de ideas, lo imaginé en esa playa y allí estaba, dicen que allí se come el mejor Tacu Tacu del Perú, sea este de Mariscos, de frijoles, de lentejas, con pescado, cangrejos, camarones, y toda la variedad que pueda dar lugar un Tacu Tacu, como esos que se hacen en la casa cuando ya la menestra va a morir, y que sale tan rico, servidito con aceite de oliva, y frito en ajito y cebollas, pero.

DISCULPE, NO TENEMOS TACU TACU.

Igual el almuerzo fue de jaleo de calamares sin calamar, lenguado frito con papas y sin arroz y un cebiche de lenguado todo rico, pero decepcionante, ah, y una cerveza.

Llegamos hasta la playa y la Chilin se metió hasta las rodillas, porque ya era tarde, probablemente las seis o siete de la noche, hora de volver a nuestro centro de actividades, el agónico Huacho, nos recibió un hotel, con la frialdad que nos esperábamos, y allí acabaron las humanidades de la Chilin, porque Luchi y yo teníamos una misión que cumplir que era hacer quebrar todos los casino de Huacho y no teníamos mucho tiempo, así que arrancamos como a eso del as diez de la noche y no nos decidimos por cual comenzar, así que comenzamos por el que primero apareciera, allí entramos y estuvimos en la pelea cerca de dos horas, que no pudimos doblegar al monstruo, habíamos perdido una batalla pero no la guerra, así que decidimos cambiar de frente y fuimos a otro casino, desafortunadamente caímos abatidos ante la fuerza del enemigo resultado 2 goles a cero, deportivamente hablando, pero igual, salimos con mas experiencia.

Día sábado.

Desayuno en la estrella de Huacho.

Lleno, no cabía nadie más.

Al mercado, tu, tuu, tuu, zona prohibida, porque allí me reconocen como si fueran santo en procesión, como bien se acordaran todos.

Luchi quería tomar desayuno en el mercado, con chicharrón, pero allí no hay desayuno, solo hay almuerzo y los chanchos no están certificados, así que mejor, vamos a comprar pan y jamonada para tomar4 desayuno en cualquier banco de la plaza, pero antes de claudicar el desayuno en la estrella, una miradita mas, no te quita ni lo cortes ni lo valiente.

Mesa a la vista y nuevo registro para record a la distancia.

Ya teníamos hambre, yo también, pero en lo que se demoraban en elegir lo que iban a comer, hice mí pedido rápido, conciso y urgente.

Rellenito, tamalito y  café, creo que cubría todas las expectativas, como que así fue.

Finalizado el desayuno, una reposadita, al hotel, porque alguien tuvo la peregrina idea de iniciar el regreso a Lima a las dos o tres de la tarde con la intención de parar en Chancay, total, por allí se pasaba de regreso, pero la Chilin había salido de Lima con el sabor de “la leche de tigre” en la boca, pro era capaz de renunciar a eso, para ir a Chancay, en verdad de Dios, ese viajecito si lo veía complicado, no imposible, pero complicado (nuevamente), así que intente hacerle un trueque a la chilin, te cambio Chancay por la leche de tigre, (una tarea complicada, imposible y difícil- a la chilin no le puedes negociar nada contra comida), pero cedió, así que, Leche de tigre, allá fuimos.

El almuercito estuvo rico, chilin, quería una jalea mixta, porque dijo que quería calamar, pero vino poco calamar a cambio le vino un cangrejo que parecía mas grande que lo que ella podía imaginar, pero igual le dio tramite al cangrejo, (te acuerdas del chiste del restaurante “La Rima”).

Al final del almuerzo, bajamos del malecón a la playa, tarea difícil, pero sólo porque cuando estamos esclavizados del carro nunca lo hemos podido hacer, pero ahora nos desparramamos por el malecón y llegamos a la playa, hasta el mismo borde de la playa, donde llega la espumita y te embarra los pies, bonita experiencia, en realidad, siempre es bonito, pero ha llegado la hora de partir.

Tomamos una moto taxi, que nos lleve al terminal, esta vez ese corto recorrido no nos llevo de regreso por la avenida Grau, pero si ví como una especie de ultimo viaje a Huacho, sentía que estábamos saliendo del funeral de Huacho, no quisiera que sea así, tal vez ya no volvamos en mancha a Huacho, pero para mi seguirá siendo el símbolo de mi escape de Lima, el lugar donde siento que estoy lejísimos, pero no tan lejos.

Seguirá siendo una ciudad mágica, que me inundara completamente de algo que no se pero que me agrada.

Huacho espero volver a verte, solo o acompañado.

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